martes, 2 de abril de 2013

Acerca de la Eneida y el conflicto armado de Don Pedro.


INTRODUCCIÓN

Fata viam invenient1
-Virgilio.

La novela, por emocionante y sorpresiva que sea, siempre es en la instancia final un libro de destino; destino en tanto que los hechos están ahí, sin la posibilidad de ser otros hechos. Quizás no del “destino final” de los personajes en juego, pero sí de alguno en particular, así no sea el más grandioso; así sea tan solo el destino de comprar una bolsa de leche en la tienda de don Pedro o la amable doña Martina que vende dos casas más allá. Ese destino es algo que está allí y del cual el personaje no se podrá escapar y si de tan solo eso se tratara una novela, la literatura serían las más emocionantes recetas de comidas en las que descubrir cada ingrediente sería un nuevo reto. Pero, gracias a los dioses romanos y el imaginario del hombre cavernícola no es así.  El muchacho que va donde don Pedro encuentra que la tienda ha sido quemada por los secuaces de doña Martina y se descubre parte de un asesinato. Conseguir una bolsa de leche no es cosa fácil. En una novela – olvidándonos de don Pedro – además del qué, lo que el lector, criticón o no, disfruta, es el cómo. Y eso es lo más difícil para el escritor. Y aún más para Virgilio que con la Eneida nos cuenta el cómo de la fundación de Roma a través de la historia de Eneas y los ardides de los dioses, quienes interponían mares en su camino para luego otro facilitarle un puente. El destino de Eneas ya ha sido decidido por las Moiras y es un hilo el cual el joven no puede cortar por las buenas. Pero algunos dioses, con la expectativa de no hacer historias lineales, hacen y deshacen nudos con el hilito del héroe. Así, Eneas un día se cruza con los mounstros de Ulises decidido en su destino, para luego, al otro día cambiar, sospechosamente sus ganas de instalarse por una cama caliente con una mujer igual de caliente y decidida a darle lo que pida. Los dioses romanos en el destino de Eneas son el cómo de una novela cualquiera y le darán el sazón a una historia que podría ser realmente sencilla: Eneas cumple su destino.
El siguiente comentario gira alrededor de tres temáticas en los cuatro primeros libros de la Eneida: El discurso erótico de Dido hacia Eneas, las homologías entre el viaje del amable, tolerante, comprensivo Eneas y el astuto Odiseo y finalmente, la relación entre los dioses y los mortales en el trabajo de Virgilio.

1 El destino se abre sus rutas


(Aclaro, esta es la introducción de un trabajo en conjunto con un compañero acerca de ciertos aspectos de la Eneida. Me gustó la intro que hice así que decidí compartirla)