domingo, 23 de noviembre de 2014

Apuntes

Hace dos o tres años que solo me limito a observar. No visito el cuaderno donde alguna vez me senté a admirar la vida con mis palabras; ya no escribo. No sueño. El alfabeto es caótico en mis trabajos y se siente el silencio en mis cortos discursos, la ausencia de mí. El lenguaje no era un frecuente visitante de mis ideas hasta que se me ocurría contar algo y como un acto final de ilusionista, aparecía. Ahora no aparece, tampoco escribe para preguntar si sigo aquí, porque lo sabe. Sabe que soy un observador lento, sin ideas bellas ni útiles, lleno de una curiosidad sin dirección. Sabe que me he dejado asfixiar por la agonía de hacer las cosas “bien”, lo mejor posible, llenar expectativas, contar lo que vale la pena. Y bueno, observando, pienso.

Y decido que todo vale la pena para mí. Y no sé si querrás leerlo.

Ya no escribo.

2 comentarios:

  1. Tantas preocupaciones por escribir bien... A veces es mejor tener los textos ocultos, escribir solo para sacar y tener más lugar adentro donde crear. ¿Será tan importante releerse? Bueno, eso lo digo yo que no vivo de escribir sino que más bien la escritura me permite seguir viva al vaciarme cada que me lleno de más. Saludos Pxndx

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  2. Escribir bien es solo una fachada de mi caos, una ficción. Siempre hay ocultos que no tienen forma para plasmase en la escritura. Y ¿sabes? Me gusta compartir mis textos, dejar que mis lectores se vuelvan parte de mi imaginación y me retroalimenten. Gracias por conversar conmigo Makoto.

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