sábado, 20 de agosto de 2011

El hijo que no existirá


Eres una hoja en blanco en la que se escribe una historia. Yo te daré tinta y pluma; te mostraré como escribí la novela en la que vivo y te recomendaré para que tengas eventos tan divertidos como los míos. Trataré de estar toda la historia junto a ti para verla avanzar, pero no te prometo nada; algún día en mi libro ya no cabrán más líneas.

No olvides que aunque mi historia termine mal, yo seguiré escondido en los “pie de página” apoyándote y empujándote así que no te detengas. Solo espero  que tu historia no vaya a terminar antes que la mía porque no podría seguir, viendo morir entre las brasas un libro tan joven.

Te quiere de corazón,

tu padre.

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